Me pregunto muchas veces si vale la pena asistir a la mayoría de los congresos que se anuncian. Suele ocurrir que lo mejor de un congreso sea el turismo que se puede hacer en la bonita ciudad donde se celebre, o bien volver a ver a buenos amigos y colegas con los que es difícil reunirse. Hay congresos enormes, como el Internacional de Americanistas, del que poca sustancia científica puede sacarse, a no ser que uno sea un digno descendiente de aquellos polígrafos de hace cincuenta años que tocaban todos los palos y aparentemente sabían lo mismo de etnohistoria zapoteca que de arqueología de la Patagonia. Hay congresos en los que todas las ponencias y comunicaciones son bienvenidas, con lo cual se debe uno preparar para oír naderías, propuestas aburridísimas y alardes de rancia erudición. Y hay congresos en los cuales los organizadores seleccionan a los participantes, que son por lo general amigos con los que se intercambia el favor, y ahora te invito yo con los gastos pagados y mañana me invitas tú con parecidas ventajas, y yo te publico tus cosas -que a veces se repiten hasta la saciedad en toda tribuna pública a la que puedan acceder- y luego tu me publicas las mías. Finalmente, hay congresos en los que se trabaja de verdad durante tres o cuatro días, en asuntos concretos, que necesitan revisión o resolución, y con verdaderos especialistas que tienen algo original e interesante que decir.
En todo caso, yo diría que los congresos en general empiezan a estar pasados de moda. En la era de Internet el intercambio de ideas y opiniones puede producirse velozmente desde la propia mesa de trabajo, y las publicaciones son electrónicas. Nuestro campo de investigación perderá tal vez algo de romanticismo, y quedará en un segundo plano el personalismo que relacionaba de inmediato las hipótesis con el rostro de su enunciador, y hasta con su talante y humor, pero habrá un claro ahorro de dinero que puede destinarse a becas, viajes y proyectos.
lunes, 26 de octubre de 2009
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1 comentario:
Estimado Doctor Rivera Dorado,
Comparto su tipología de congresos... Se podría lo mismo de las publicaciones en revistas o en en obras colectivas. A veces un articulo se repite
Sin embargo, creo que aún en un evento mastodonte comó el CIA (cuya última edición fue un fracaso de organización), hay cosas que esuchar y ver. Aún en la era de internet, es dificil para un estudiante o un investigador comunicarse o contactar a maestros o otros investigadores. A pesar de la repetición de información que se puede oír en este tipo de eventos, son necesarios. El contacto físico quedara necesario.
Considero la serie de conferencias propuestas al inicio de la exhibición Teotihuacan en París como una necesitad de divulgación para el público.
Saludos desde Monterrey, N.L., México
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