¿Qué se dicen los mayas de esta vasija?

¿Qué se dicen los mayas de esta vasija?

miércoles, 2 de junio de 2010

El controvertido caso del caimán decapitado

Muchas culturas antiguas poseían mitos de origen que hablaban de la muerte y el descuartizamiento de un monstruo, cuyos restos sirvieron para construir la tierra o el mundo. Sabemos que los mayas pensaban que la tierra era semejante a un cocodrilo -o era realmente un cocodrilo- que descansaba y flotaba en una enorme extensión de agua. Algunas fuentes coloniales, como varios libros de Chilam Balam, cuentan que ese cocodrilo fue muerto por las potencias superiores, aparentemente mediante decapitación. Eric Velásquez, Ana García, Florencia Scandar y Alfonso Lacadena opinan que hay pruebas del período Clásico que apoyan esa versión del mito. Citan el trabajo de David Stuart con las inscripciones del Templo XIX de Palenque, y unos pocos, y escasamente concluyentes, datos iconográficos. Es posible que en Palenque se aceptara la idea de la decapitación del caimán, pero ni en Copán ni en Piedras Negras, ni en otros lugares mencionados por los investigadores, hay imágenes claras que avalen literalmente ese modelo de sacrificio. Mientras no se encuentre algo más, no podemos afirmar que la decapitación del caimán fuera una creencia maya clásica.
Por cierto, los esfuerzos por mostrar la continuidad de las creencias cosmogónicas, y religiosas en general, entre el Clásico y el Postclásico, y la época colonial, vienen a ratificar lo que llevo defendiendo desde hace más de veinte años, y rectifican otras perspectivas, como la del investigador francés Claude François Baudez, contrario a esa continuidad.

martes, 1 de junio de 2010

Catástrofes, conservación y turismo

Llega la temporada de huracanes y tormentas tropicales. En Guatemala, el volcán Pacaya ha entrado en erupción. Estos países centroamericanos, que tienen a su cargo la conservación de un patrimonio cultural maravilloso, extensísimo y envidiable, sufren una y otra vez el zarpazo de una naturaleza desbordada. Yo entiendo muy bien que, dentro del rampante nacionalismo que impera en las esferas políticas americanas, se pongan numerosas trabas a la presencia de equipos internacionales que desean excavar, investigar y, por supuesto, restaurar, los numerosos yacimientos de la cultura maya antigua. Se dice, sin embargo, que los estados no pueden aceptar la responsabilidad del mantenimiento de los sitios restaurados. ¿Por qué no se promueve, entonces, una cooperación arqueológica internacional que contemple, a largo plazo, las ayudas de los países más ricos a la restauración y el mantenimiento de las ciudades de la selva? Que los países o las instituciones europeas y norteamericanas obtengan las necesarias facilidades para trabajar en el campo, en Guatemala, México, Honduras, Belice, pero que, paralelamente, se comprometan a mantener y cuidar los sitios excavados y restaurados durante, por ejemplo, veinte años después de finalizar la investigación. Que los acuerdos sean garantizados por los Gobiernos respectivos, que los países americanos permitan la instalación permanente de equipos de investigadores y restauradores en los lugares excavados.