En arqueología maya, como en cualquier otro campo de estudio, se necesita la divulgación. Primero, porque es muy conveniente crear un ambiente de interés general, que facilitará, teóricamente, que se multipliquen la oportunidades de trabajo e investigación; segundo, porque el dinero que gastamos los profesionales debe de volver a los contribuyentes como información instructiva y que satisfaga sus ansias de cultura y su curiosidad. Pero hay buena y mala divulgación, como hay buena y mala investigación. La divulgación científica no es exactamente periodismo, por ello no conviene el sensacionalismo, los apresuramientos, ni el ¡qué más da!
Viene esto a cuento porque me ha llegado un suplemento de Historia National Geographic dedicado a los mayas: muy interesantes textos, excelentes fotografías -como siempre en esta casa- pero algunos fallos de redacción que podrían, con muy poco esfuerzo, haberse evitado. Hay, por ejemplo, contradicciones de unas páginas a otras en cuanto a fechas o a la población que hubo en determinadas ciudades. Los traductores de textos del inglés al castellano deben poner atención, y someter sus versiones a especialistas para que corrijan algún gazapo involuntario. En todo caso, la labor que hace National Geographic por la buena divulgación respecto a la antigüedad americana es muy encomiable. Fruto, posiblemente, de una tradición anglosajona de la que deberíamos aprender mucho en España.
viernes, 10 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario