domingo, 3 de agosto de 2008
En México
El trabajo en el occidente de Guatemala progresaba adecuadamente, a pesar de que se oían en la distancia los ecos del terrible conflicto civil. Pero llegó el momento en que España rompió las relaciones diplomáticas con el país centroamericano, luego del asalto a la embajada, y nosotros, que éramos una Misión Arqueológica oficial, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, tuvimos que abandonar el gran proyecto y pensar en otro destino. El año 1980 hicimos un recorrido por México; se trataba de continuar en el área maya con un objetivo suficientemente interesante. Lo hallamos en Champotón, un pueblo del sur del estado de Campeche. Allí, decía el mito, el héroe Quetzalcóatl se había embarcado adentrándose en el océano y prometiendo volver algún día a recuperar su reino. Incluso eran visibles las ruinas de una suerte de torre que se dice dejó el personaje como testimonio de su partida. Quetzalcóatl era tolteca, de modo que había que buscar vestigios de esa cultura. Además, de Chakanputún, tal vez el mismo Champotón moderno, salieron los itzáes que fundaron Chichén Itzá. En fin, que era un lugar lleno de sugerentes problemas arqueológicos que podíamos tratar de resolver. Un lugar alejado del trasiego turístico, detenido en el tiempo, con un ligero tinte decadente y una atmósfera a mitad de camino entre el misterio y la inquietante ambigüedad.
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